La aplicación de las tecnologías informáticas en el cumplimiento de obligaciones fiscales no sólo es algo recomendable, sino necesario. El volumen de información que generan las empresas resulta de gran utilidad en la labor de fiscalización y control por parte de la autoridad; sin embargo, cuando la tecnología no se usa adecuadamente, o cuando se cae en un exceso de control, las aplicaciones informáticas lejos de agilizar los procesos se tornan complejas, ineficaces y generan un caos que, en muchos casos, prohíbe a los contribuyentes cumplir adecuadamente con sus obligaciones fiscales.
Gustavo Leal Cueva, socio de Leal Benavides y Cía., comentó en entrevista para El Norte y Reforma, publicada el 21 de febrero de 2023, que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) hora requiere más información que en el 2022 en sus formatos para declaración y pago provisional, e incluso la anual.
No sólo requiere de mayor información, sino que se está cayendo en un exceso de control de los datos que la propia autoridad carga de manera previa en los formatos de los contribuyentes, provocando amplias ineficiencias y errores al momento de declarar, pues las aplicaciones de la autoridad son tan rígidas y limitadas, que no permiten al contribuyente corregir errores del propio sistema de la autoridad, o bien, orillan al contribuyente a presentar información de una manera que no es la más correcta u óptima, pero que se debe hacer así porque no existe otra manera.
Leal Cueva aseguró que en la presentación de pagos provisionales de personas morales hay dificultades porque el SAT omite cargar datos en el sistema, como por ejemplo los coeficientes de utilidad de una empresa, las pérdidas por amortizar, y hasta los propios ingresos ya declarados de los contribuyentes.
Los sistemas del SAT se han tornado tan rígidos que terminan siendo inoperantes. El contribuyente depende de que todos los datos que se entrelazan (que se toman de otras declaraciones) sean manejados por el SAT con amplia precisión y eficacia en sus sistemas, para poder estar en condiciones de cumplir. Basta con que un dato no se cargue correctamente, o que uno de los múltiples sistemas de la autoridad falle, para que el contribuyente se vea impedido para cumplir su obligación.
Durante enero se han presentado problemas importantes en los pagos provisionales de las personas morales, lo que provoca que se triplique el tiempo que destina un contribuyente a presentar sus declaraciones.
“Cuando la tecnología no se usa adecuadamente o cuando se cae en un exceso de control, las aplicaciones informáticas lejos de agilizar los procesos se tornan complejas, ineficaces y generan
un caos que, en muchos casos, no sólo impide, sino que prohíbe a los contribuyentes cumplir adecuadamente con sus obligaciones fiscales”, comentó Leal Cueva en la entrevista.
Además, los contribuyentes incurren en costos para adoptar las nuevas versiones de los formatos del SAT, pues éstas se vuelven necesarias ante la falta de una adecuada planeación inicial de procesos para declarar o pagar.
La idea de digitalizar los procesos de la relación tributaria ha sido siempre correcta; es el camino seguido en su implementación el que presenta graves deficiencias que están generando resultados contrarios a los deseados: La inoperancia de los sistemas, la rigidez que impide su uso correcto, los altos costos no sólo de incumplimiento, sino los de cumplimiento, que son aquellos incurridos para adoptar las nuevas versiones que se vuelven necesarias por la falta de una adecuada planeación inicial.
En los proyectos de digitalización lo primero que debe hacerse, como una regla inquebrantable, es eficientar el proceso objeto de digitalización, de lo contrario, sólo se logrará digitalizar la burocracia y la ineficiencia, que es exactamente lo que ha sucedido con las declaraciones de impuestos en línea y con la factura electrónica, en los que se solicita información que en muchos casos nadie sabe cuál es su valor o su utilidad.
Es urgente corregir la dirección que se ha tomado en este camino de la digitalización colocando como uno de los ejes centrales la “experiencia del usuario”, considerando que el usuario no es sólo el contribuyente, sino también la propia autoridad, de manera que los datos que se generan sean útiles para ambas partes, logrando un ecosistema de información verdaderamente útil y cuyo manejo resulte en verdaderas eficiencias tanto para la labor fiscalizadora, como para la gestión empresarial.
Un artículo completo sobre este tema fue publicado por Leal Cueva en Fiscalia, mismo que puede consultarse en este enlace: Caos con las aplicaciones del SAT.
La entrevista para El Norte y Reforma, se reproduce a continuación.
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